viernes, 10 de diciembre de 2010

Saludos de Tamara Zagustin


Hace algún tiempo, en este blog publiqué una entrada (
.http://cosasdeiki.blogspot.com/2009/02/los-ultrarunners-venezolanos.html), refiriéndome a la participación de los amigos Jesús, Félix y Mayde en la TransGranCanaria 2009.  En ese momento sostuve que "hasta donde yo sabía" éllos eran los únicos ultreros venezolanos.
 
Evidentemente, estaba equivocado, pues como un anónimo comentó, al menos Tamara Zagustín y Magdalena Font tenían varias participaciones en ultras. Tal vez haya habido otros más....no lo sé.  Lo que sí es seguro es que habían muchos otros entrenando largas distancias con vistas a participar oficialmente en alguno.
 
Hoy el panorama es distinto.  Un nutrido grupo de atletas ha participado en varios ultras, en Europa y también en Sud América.  Inclusive tuvimos uno en casa.
 
Hace cosa de 3 dias recibí un comentario a esa entrada de Tamara Zagustin. Como la publicación original es de hace bastante tiempo, y el comentario es más bién un saludo a los ultreros, lo publico en esta nueva entrada, para darle actualidad.
 
Aquí el texto completo:
 
 "Hola todos!



Que bueno saber que hay mas venzolanos haciendo ultra-maratones. Magdalena y yo ( Tamara) hemos tenido la fortuna desde el 2003 de conocer esta modalidad y nos encanta. Son ya muchos los 50km, 50 millas, las carreras por etapa ( Syllamo) y las 100 millas ( TZ corrio Arknasas Travelers 2003, Wasatch 2005 y San Diego 100 2010), pero creo que lo mejor de esta experiencia ha sido participar como voluntario en la organizacion de muchos de estos eventos ( sin los voluntarios, estas carreras no tienen vida),ayudar como "pacer" ( alguien que acompania a los ultramaratonistas de 100 millas en la ultima mitad del recorrido) y como "crew" ( alguien que va de punto en punto del recorrido donde es permitido para darle el apoyo emocional/comida/bebida,etc al corredor). Es una gran experiencia que solo te hace crecer mas como persona, como corredor y como ciudadano del mundo.Los ultramaratones son grandiosos ya que uno corre por las montanias,bosques, playas, praderas,desiertos,etc. En otras palabras es a campo travieso lo cual es divertido y bello. Invitamos a todos los venezolanos con espiritu aventurero a conocer estas rutas y conocerse ellos mismos poniendo el cuerpo y la mente ante un reto como un ultramaraton, sea cual sea la distancia.


Saludos


Tamara y Magdalena " 



No conozco personalmente  ni a Tamara ni a Magdalena.  Sí recuerdo que oía mencionar el nombre de Tamara en carreras de calle hace bastantes años atrás.  Desde aquí mis saludos para éllas y ojalá sepamos más de sus  aventuras.

lunes, 2 de agosto de 2010

3 carreras

Hoy justamente se cumplen  2 meses desde que publiqué la última entrada en este rincón. Me obligo a escribir.  Basta de flojera. Como este blog ha derivado en ser una especie de recuento de las carreras realizadas, pues sigamos con eso.

Después de la Carrera Skyrace La Culata, he corrido 4 carreras, a saber:  3a. válida Gatorade 10K, Carrera de montaña de Fundemeca, Carrera Idaca 32K y Media Maratón Simón Bolívar.  A continuación pongo algunas consideraciones muy personales acerca de cada una de éllas:

3a. Válida Gatorade 10K Learning for Life

Fecha: 20/06/2010.

A veces uno sabe que algo está mal en el organismo y se resiste a ir al médico por temor al resultado de la consulta.  Se pospone la visita, se le da largas, hasta que llega el momento en que se decide dar el paso, ya sea porque la dolencia se intensifica, o porque se encuentra el valor para afrontar la verdad.

Esa misma actitud la estaba teniendo yo con respecto a las carreras de 10K.  Estas son, para mi, una especie de test para saber donde estoy parado en cuanto a condiciones.  Les estuve sacando el cu...erpo sistemáticamente; la última que corrí fué la Nike 2009, cuando había hecho 51' y alguito.  Antes en la Caracas Rock estuve alrededor de 52'.  Y como ultimamente tenía la percepción de una merma significativa en mi desempeño, no quería afrontar la prueba, la que me daría una respuesta cuantitativa de esa merma, de esa baja en mi performance.  Hasta que decidí afrontarla.

Y cual fué el resultado? Pués siguiendo el símil con la visita médica, fué como cuando al final de los exámenes y las consultas el galeno te dice: Ud. no tiene nada, está más sano que yo.

En efecto, mi tiempo fué de 49'30''.  Mejor inclusive que aquellos 51' de la Nike. Y mejor aún, llegué con fuerza, rematando duro, pasando a muchos.  No quiere decir que podía mejorar significativamente mi tiempo, pero fué una sensación muy agradable, después de las 2 carreras de Mérida en las que llegué casi que con lo justo.



En cuanto a generalidades de esa carrera, me gustó la ruta: Av. Bolívar y Los Caobos.  Una especie de circuito. Sé de gente que no participó por el hecho de hacerse "en el Oeste", o porque "no corro en zona chavista", tonterias de ese tipo.  Como dije, para mi es buenísima ruta.  La hidratación adecuada y la concurrencia creo que un poco por debajo de la que normalmente asiste a estas válidas de Hipereventos.

Una novedad en esta carrera fué que hubo fotos de la llegada de prácticamente todos los corredores, tomadas con una cámara que las tomaba automáticamente cada segundo.  Ya esto lo había visto en la Nike, pero esta vez previo pago de 15 BsF, se podía descargar las fotos con una buena resolución. Una de éllas es la que pongo.

Carrera de Montaña Fundemeca

Fecha:  04/07

Esta carrera también la tomé como un chequeo, pués la ruta era la conocidísima subida por San Bernardino y el cortafuego ida y vuelta. Mi objetivo era ver en que tiempo hacía el cortafuego.

Como siempre empecé muuuy lento a pesar de que los duros decían que esa era una carrera "explosiva". Pues lo sería para éllos, yo no me iba a quemar en esa primera subida.  La hice en 13' 30'' y luego, como a los 3 minutos de empezar a correr a un ritmo que supuestamente lo debía poder sostener, me pasó algo que nunca me había pasado.  Sentí que no podía respirar, me ahogaba, incluso me dolió el pecho y tuve que detenerme unos breves instantes, caminar.  Esperé a ver como me iba sintiendo y tímidamente empecé nuevamente a trotar. Por supuesto decenas de corredores me iban pasando.  Gradualmente fuí incrementando mi paso y nada pasó.  Me olvidé del incidente y me dediqué a lo que vine, a correr.  De todos modos no logré encontrar un paso confortable, y la ida del CF la hice en unos muy largos 29 minutos.  Ya en el retorno por fin logré encontrar un paso consistente, ayudado por un par de corredores con los que hicimos prácticamente todo el retorno jalándonos mutuamente y dándonos tabla.  Este segmento lo hice en menos de  27 minutos, lo cual sí me pareció bueno.  Inclusive rematé a los dos que venían conmigo y terminé en 1h 08' 30''.

Posterior a la carrera, ya en la tarde me puse a pensar que es lo que había pasado y porqué. Sería que empecé muy rápido y quedé sin aliento en la primera subida?.  No me pareció haber subido muy rápido.  De hecho, entrenando suelo subir en alrededor de 13', inclusive en aquélla válida de Gatorade que empezaba por esa subida, recuerdo haber hecho 12'.  Pero claro hace más de año y medio.  Está de por medio el paso de esa cantidad de tiempo, y más preponderante el largo tiempo sin entrenar después de la lesión de tobillo, que me mantuvo inactivo desde Abril hasta Agosto del año pasado.

En fín, fué otra carrera donde me sentí bién al final, y donde otra vez voy confirmando la tesis de que me toma bastante tiempo "calentar motores".  Tal vez 20 minutos, quién sabe más.  Sé que siempre ha sido así, pero creo que antes de la lesión me bastaban unos 8 a 10 minutos.  En fín cada dia el cuerpo cambia y hay que adaptar la estrategia a esos cambios.  Que remedio.

Lastimosamente de esta carrera no conseguí ninguna foto.  Yo no cargaba la cámara, que siempre es un fastidio y a veces me provoca tirarla.

Carrera Idaca 32K

Esta, sin la menor duda ha sido la más exigente carrera que he hecho en mi vida.  Esos 32 kilómetros literalmente me revolcaron.

Hace un mes atrás yo había decidido que no iba a participar, pues faltaban menos de 3 semanas para la carrera y no había entrenado adecuadamente.  Esta competencia tendría que haberla preparado con tanto, o inclusive más cuidado del que se le dedica a un maratón.  Yo conocía la ruta y por lo tanto sabía cuan dura es por el relieve y las condiciones climáticas.  También estaba consciente que, en dado caso que la hiciera, mi tiempo, siendo optimista, podría estar alrededor de 5 horas y media, siempre y cuando hubiera hecho la tarea de entrenar.  Como no la había hecho pues no iba a participar.

Sin embargo, a medida que se fue acercando la fecha, una inquietud se fue apoderando de mí, un gusanito me corroía la mente como diciéndome: "te quedarás fuera de un evento histórico", "te perderás el primer ultra-maratón en Venezuela", "eres una mami que le huyes a los retos", etc. hasta que el gusanito ganó la batalla y cuando por fin el último dia me fuí a inscribir, ya no quedaban inscripciones.  Tuve que llamar a Pedro Rodeiro, el organizador, e inscribirme directamente con él.  Creo que fui el último inscrito.

Una vez metido en el peo, empezó la cagazón.  No había entrenado,  ni siquiera bajé una vez al litoral a correr o a caminar por lo menos. Mis últimas carreras largas siempre las terminé mal, en fin que ahora era otro el gusano que me decía: "Porque te metiste en esto?", "sabes que no vas a poder", "el calor te va a matar", etc. etc. etc.

La noche previa a la carrera, el Viernes, me acosté como a las 11 para pararme a las 3 y media y ponerme en camino a las 4.  Apenas si pude dormir hasta la 1:30.  Después no dejaba de pensar en lo que me aguardaba, y aparte de la carrera en sí, las noticias acerca del estado de la carretera me tenían preocupado.  Desvelado, me encontré con el amigo Jesús Hulett, tal como habíamos quedado y emprendimos camino en su carro. Nos encontramos con claras señas del desastre que debió ser la carretera en la noche, pero llegamos sin ningún percance, gracias a la pericia en la conducción del amigo Jesús.

Llegamos temprano a Chichiriviche.  Y poco a poco empezamos a ver a todos los corredores con cara de desvelados.  La mayoría llegaron pasadas las 2 a.m. después de un largo viaje durante el cual tuvieron que soportar lluvia, barro y frío.  Los que optamos por bajar el mismo día, también estábamos desvelados, pues tuvimos que madrugar.  Más todavía alguna gente que vino desde Cagua, La victoria, Los Teques.  En fin esta iba a ser la carrera de los desvelados.

A pesar de todo, la carrera empezó solo con una hora de retraso. Si bien estaba nublado, a medida que iban pasando los minutos la temperatura iba en aumento y la humedad se hacía sentir.

Empecé la carrera como siempre, bastante atrás.  Decidí que no me iba a molestar en quitarme los zapatos para cruzar el río justo al empezar, ya que supuse que con la intensa lluvia de la noche iba a encontrar verdaderas lagunas en el camino, y que los 2 siguientes ríos hasta Puerto Cruz debían estar muy crecidos, y que de todas todas me iba a mojar los zapatos.  No me equivoqué con lo de los ríos, pero sí un poco con lo de las lagunas.  Se ve que algún arreglo le hicieron a este camino y ya los huecos no estaban tan grandes como yo los recordaba de años atrás.  De todas maneras grandes charcos había.

En la primera subida me vi rebasado por muchos corredores, seguramente los que se detuvieron a colocarse los zapatos después del río, entre ellos Jesús Hulett y Deisis Zarramera, que por supuesto rápidamente pusieron tierra de por medio y ya en la siguiente curva los perdí de vista.  Así unos me pasaban pero yo pasaba a otros, hasta que después de la subida y ya en la parte plana me vi trotando solo.  No sabía si iba muy rápido o muy lento, no sabía si esperar al grupo que venía atrás o apurar para conectar con el de adelante, suponiendo que tales grupos existieran.  La respuesta se presentó sola cuando al salir de una curva vi que tenía muy cerca a un grupo de 3, que parecían correr en equipo.  Decidí chupar rueda.  Hablaron de hacer entre 5 y 5,5 horas.  Me pareció adecuado y con ellos me fui. En alguna de las subidas me pareció que se achantaban y los dejé.  Así fuí nuevamente solo, y solitario pasé por la quebrada del km7.  Hasta ese punto estaba haciendo un ritmo de menos de 10 minutos por kilómetro; no se si iba muy rápido, puede que si, pero me sentía bien, ya había ingerido mi primer gel, estaba tomando agua cada 15 minutos (más o menos) y cada media hora un buen trago de gatorade, pero aún faltaba mucho recorrido.

No quería pensar mucho en lo que me esperaba, así que me puse a resolver mentalmente un problema de física:  Si 2 corredores A y B salen juntos de un punto P1 hacia un punto P2, en el cual deben retornar para llegar nuevamente a P1, y cada uno de éllos se desplaza con una velocidad media V1 y V2 respectivamente, en que punto del recorrido se cruzarán (o en que tiempo) una vez que el más rápido ya haya llegado a P2 y se esté devolviendo.  Se supone que se conoce la distancia entre P1 y P2, y también las velocidades V1 y V2.

Así distraído iba subiendo y bajando, y,  de la solución obtenida pretendia poder deducir en que punto me iba a cruzar con los punteros de la carrera, o, una vez que esto se produjera, poder predecir el tiempo que iban a emplear en el recorrido,  En fín que antes de poder dilucidar completamente la cuestión empecé a cruzarme con los punteros y me distraje en tomarles algunas fotos.  Demás está decir que el ritmo que llevaban era endiablado.  También hay que decir que tuve la solución, que se expresa en la fórmula 

d=V2/(V1+V2)*2D

donde d es la distancia  en kilómetros a la cual se producirá el cruce medida desde P1
V2 es la velocidad del corredor B(el más rápido), expresada en minutos por kilómetro
V1 es la velocidad del corredor A(el más lento), expresada en minutos por kilómetro
D es la distancia medida en kilómetros entre P1 y P2

Obviamente, nada de esto iba a hacer que mejorara mi rendimiento ni mucho menos, pero por lo menos era una señal de que el cerebro aún funcionaba correctamente.

Por el kilómetro 10 empieza una gran subida, empinada y larga, y esa sí empezó a pegarme, ya las piernas como que no respondían con fuerza.  Aun así esporádicamente pasaba a alguien, y casi al terminar dicha subida escuche pasos en mi detrás y era una chica, le tomé unas fotos y por un trecho fuimos casi juntos.  Después en la bajada se me alejó, pero en el punto de retorno de Pto. Cruz alcancé a verla cuando élla salía ya de allí.  Posteriormente viendo las fotos, el número y los resultados supe que era Jenny Gómez, quinta entre las mujeres, con un tiempo de 5h 07'.

Cuando por fín, después de sufrir un poco en la larga bajada previa, llegué al punto de retorno, mi reloj marcaba 2h. 19' 53''.  Me dije a mi mismo que había llegado más rápido de lo debido, y por eso me sentía tan cansado.  Faltaba todo el retorno, ya el sol brillaba esplendoroso, y sabía que las subidas de regreso eran más empinadas, si bién un poco más cortas. Me detuve por unos 6 minutos, mientras me comía un par de cambures, mi segundo gel, el cual olvidé que debía comérmelo en la hora 2, y recargaba el camel.

Empecé a caminar de retorno y me sorprendió ver a Félix y Mayde que venían arribando a este punto.  Yo pensé que iban por delante mio, pero evidentemente éllos saben lo que hacen.  Como leí en un comentario en el blog de Félix : El que sabe sabe.  Aproveché de tomarles unas fotos y fuí igualmente víctima de su lente.

La subida para salir de Pto. Cruz, creo que es la más larga y empinada del recorrido.  Muchos corredores venían bajando, y yo subiendo a un paso muy lento, no quería hacer ningún esfuerzo innecesario, pero aún así cada paso me costaba.  Empecé a creer que el hombre del mazo andaba por ahí cerca, y de paso varios corredores me pasaron.  Cuando por fín llegué a la parte más alta mi reloj marcaba 3h 35' y me comí mi tercer gel. La parte de bajada suave la hice trotandito muy lentamente.  La parte más abrupta, que llega hasta el nivel del mar la hice caminando.  No quería que mis cuadriceps, y mis rodillas, sufrieran un colapso.

Luego venía otra subida más o menos empinada, más o menos larga, y luego la bajada hacia la quebrada del k7.  Hice ese tramo con la misma tónica del anterior, caminando lentamente en las subidas, trotandito en los planos y bajadas con poca pendiente, y caminando en las bajadas con más pendiente.  Cuando llegué a la quebrada estaban allí 4 corredores tendidos en medio de élla.  Después de mirar mi reloj que marcaba 4h 38', por supuesto que también me zambullí en aquéllas frescas aguas.  Los 4 que estaban arrancaron al rato , pero llegaron otros más.  Creo que estuve unos 7 minutos ahí, me comí mi último gel y volví a caminar, aúnque en ese momento creo que lo que más deseaba era quedarme allí con un buen sancocho y un par de birras.  Pero había que volver a la realidad. Sabía que me esperaban 2 subidas más, la primera más corta que la segunda, pero ambas bastante empinadas, y ya en los primeros metros de la primera empecé a dudar que pudiera terminar el recorrido.  Ahora sí el hombre del mazo se insinuaba amenazante.

Casi al final de esta primera subida, penosamente caminada, empecé a sentir unos pasos detrás mío, los percibía extrañamente sonoros, como si estuviera en un túnel, como si fueran producidos por unas botas, y eso hizo que no quisiera voltear. Tanto pensar el el hombre del mazo, podría haber producido la materialización del mismo, pero no, por supuesto que eso no podía ser, todo seguramente era producto de mi recalentado cerebro, el calor y aquél problema de física lo habían frito.  Lo mejor era encarar al dueño de los pasos. Me dí la vuelta y oh sorpresa!! una linda chica subía sonriente.  Le tomé par de fotos, hablamos, me pidió Gatorade.  Por suerte aún me quedaba, aúnque caliente.  Quisimos trotar la parte de bajada, pero que va, no había fuerzas. Caminamos.  Era su primera carrera de montaña, no conocía la ruta, pero venía de hacer el triatlón L en un poquito más de 5 horas, o sea que era una dura.  Después supe su nombre: Andrea León.  Ella terminaría en 5h 51'.

Ya que ambos veníamos bastante maltrechos, empezamos a darnos ánimo mutuamente.  Yo le decía que era la útima subida, lo cual era cierto, y luego un plano y la bajada final.  Subimos juntos toda esa larga subida, parándonos varias veces, inclusive tuvimos que sentarnos en par de oportunidades, ya terminando la parte de cemento.  Al llegar a la parte de tierra, sentí que no podía dar un paso más, pero por pena y pundonor aún caminé un trecho más, élla me ofreció unas gomitas de electrolitos y se las acepté aúnque nunca las había probado, creo que me comí 2 del envoltorio y el resto las guardé en un bolsillo del camel, pero esto no lo supe hasta que estuve en mi casa y vacié los bolsillos.  Que vergüenza, me quedé con el envoltorio completo.  De todas maneras, por lo menos en ese momento, nada servía para revivirme, así que le dije que siguiera, que no me esperara, yo había visto una pequeña sombra y allí fui a sentarme.  No solo me senté, me quité el camel y me acosté de espaldas.  No sé cuanto tiempo estuve allí, supongo que fueron unos 4, tal vez 6 minutos.  Pensé que ni siquiera podría ponerme de pie.  Pensé que si pasaba cualquier movilidad iba a pedir la cola.  Pero también pensé, que si seguía tirado allí podia quedarme dormido y me podía dar una insolación.  Y otra vez los pasos con efecto túnel.  Extrañamente los escuché como provenientes de la dirección contraria de donde realmente venían.  Era una pareja de corredores.  Amablemente me preguntaron si estaba bién y yo respondí que sí, que no pasaba nada, y yo mismo me lo creí, así que me incorporé y primero muy lentamente, luego un poquito más apurado seguí caminando.  Ya estaba prácticamente en la bajada final.  A los pocos minutos apareció un vehículo.  Era Pedro que venía subiendo, me ofreció agua y la rechacé, ya que aún me quedaba una reserva.  Si hubiera pasado por allí 5 minutos antes me hubiera encontrado tirado en el suelo, y probablemente me hubiera montado en la camioneta.

No sé si por efecto de las gomitas, no sé si por saber que ya era la última bajada, no sé si agarré un "segundo aire", lo cierto es que empecé a trotar y estuve a punto de alcanzar a un par de corredores que también bajaban trotandito.  

Finalmente terminó la bajada y pensé que al cruzar el río, de donde habíamos partido, había llegado a la meta, pero alguién me grito sigue, sigue hasta la playa. Menos mal que habían algunas señales que indicaban la ruta y llegué a la meta en 6:01:49.  Andrea estaba allí y fué la única con la que me abracé emocionado.  

Desde que en algún momento en la última bajada, supe que el trabajo estaba hecho, que iba a llegar a la meta, empecé a desear ansiosamente tomar una coca cola y comerme un pescado, así en ese orden. Entonces, después del emocionado abrazo me acerqué a la mesa de refrigerios, pero me ofrecieron algún refresco que no era la ansiada coca cola, así que fuí rapidamente al primer kiosco que conseguí y me la tomé. Nunca más sabrosa. Luego subí a una poza cercana del río a bañarme y después, en otro de los kioscos, pedí una rueda de pescado acompañada de par de birras.  Creo que no pudo haber mejor final de jornada. 
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P.D.  Esta entrada la comencé a escribir hace 5 dias, y por una u otra razón tuve que interumpir la escritura, y además no pensé que iba a escribir tan largo.  Evidentemente no soy el rey de la síntesis.  Al comienzo hablo de 4 carreras, pero si trato de escribir acerca de la que me falta, que es la Media Maraton Libertador, no sé cuando iré a publicar esto, así que decidí publicarla así como está.  Además que había olvidado mencionar otra carrera, la Nigth Race, y que a la fecha tengo otra carrera más, la segunda válida de Gatorade.

Fotos de la carrera Idaca no publico, por haber abundante material en los sitios siguientes:
http://www.facebook.com/?ref=home#!/album.php?aid=70305&id=1178506336 (fotos deLuis Pinto)
http://www.facebook.com/?ref=home#!/album.php?aid=191563&id=604611576 (fotos de Félix Rojas)
http://www.facebook.com/?ref=home#!/album.php?aid=196311&id=609396529 (fotos de Pedro Rodeiro)
http://www.facebook.com/?ref=home#!/album.php?aid=196470&id=609396529 (fotos de Pedro Rodeiro)
http://www.facebook.com/?ref=home#!/album.php?aid=2038237&id=1602920843 (fotos de Deisis Zarramera)

viernes, 28 de mayo de 2010

Neuronas insensatas

¡Dale... tú puedes...tú puedes!.  Son sólo 20 o 30 pasos...tu puedes!. Un paso, dos, tres.....no mires arriba...aún no....catorce, quince....levanta la vista....sí, ya estás ahí... unos pasos más....ok...llegaste a la roca.  Respira....detente uno, dos, tres segundos.  Ahora vamos por aquel frailejón...poco a poco...vamos: Un paso, dos, tres....  once...doce...me falta el aire...me pesan las piernas....el frailejón está más cerca...vamos, un esfuerzo más.  Ahora trata de llegar a esa curva que se ve más arriba....vamos...tú puedes...respira...no oigas a tu enloquecido corazón...vamos ...sigue...tu reloj marca 10,4 km. ya debe estar cerca el punto de retorno.  Como estar seguro?  en este tipo de carreras las distancias suelen ser bastante imprecisas...en fin, no puede estar muy lejos ...ya veo la línea del horizonte...ya se acerca...Y...sí...sí.  Creo que ahí está la carpa del PC. ...me pareció ver un trozo de tela...

Y así, fijándome metas parciales cada vez más próximas una de la otra, conseguí llegar al punto más alto de esta carrera La culata Sky Race. Evidentemente esta vez la altura me castigó sin clemencia.  La última subida, que no tenía más de 1 km. la hice luchando contra la idea de devolverme sin llegar al punto más alto, donde era oficialmente el punto de retorno.  Pero esa no era más que una idea, alojada en algún recóndito nido de neuronas con sentido común.  El resto de mis neuronas, no precisamente sensatas, ordenaban lo contrario: Sigue...No pares.


Viendo mi reloj segundos después de haber dado la vuelta y haber marcado LAP



En lo más alto de la carrera.  Atrás los amigos del PC2. Arriba a la derecha la roca con la cinta amarilla que marcaba el retorno y yendo hacia ella la que en ese momento era primera en la categoría mayores de 40. Finalmente quedaría segunda.

Pero esto había comenzado antes, unas 2 horas antes, cuando se dio la partida a esta carrera.  No sé si producto del larguísimo viaje hasta Mérida (17 horas en el autobús), y las consecuencias que conlleva:  Deshidratación, acumulación de líquido en las piernas, resequedad en las mucosas,etc., apenas al arrancar sentí que no iba a ser mi mejor dia.  Intenté trotar en una subida de cemento no muy empinada y a los diez segundos ya no tenía aire, así que quieras que no, tuve que caminar.  Aún así iba pasando a varios competidores, la mayoría de éllos inscritos en la modalidad corta de la carrera, que eran 12 km.
Según la lista de inscritos publicada, apenas 23 eramos los inscritos en los 21 km..De éllos sólo 3 proveníamos de Caracas, que yo sepa 2 provenían de Valencia, y el resto eran todos locales.  Y para completar el cuadro, creo que yo era el más veterano (eufemismo por "viejo") en los 21 km.


Minutos antes de la salida.  Contentos y optimistas

 La carrera empieza en la entrada del Paramo de La Culata, a unos 23 km. de la plaza Bolívar de Mérida,  a una altura de 2950 msnm y progresivamente sube hasta los 3.600 msnm en el km 4,5 más o menos. Todo este sector es más o menos trotable, dependiendo de las condiciones de cada uno por supuesto, excepto en 2 tramos relativamente cortos en los que la pendiente es mayor.  Después de alcanzar los 3.600 msnm, se baja un poco y se entra a otro sector amplio y cómodo.  Un falso plano que lleva hasta los 3.800 msnm, en el km. 7 aproximadamente, que era donde los de la carrera corta debían retornar por el mismo camino.


Primeros tramos después de la subida de cemento.  Evidentemente los primeros debieron pasar por aquí corriendo.  Nosotros si acaso haciamos intento de trotar.  Caminábamos. 


Primera subida realmente empinada. 

Hermoso valle.  Como para ser corrido.

A esa altura de la carrera, mis condiciones estaban estables, pero establemente malas, no estaba rindiendo como debería.  Aquéllas neuronas sensatas sugerían retornar en ese punto, pero obviamente las insensatas no les pararon bola, y este servidor suele llevarse mejor con estas últimas, así que decidí llegar hasta el final, que a eso era a lo que había venido.


Dejando atrás el primer "falso plano"

Después de llegar al punto de retorno, ya sabía que tenía que completar la carrera.  No había otra alternativa, tenía que regresar a Mérida y esa era la ruta más corta.  La disyuntiva estaba en regresar derrotado, es decir llegar por llegar, sin hacer mucho esfuerzo, o nuevamente hacer lo que había ido a hacer, es decir competir, es decir poner todo de mí para obtener el mejor tiempo posible.  Aúnque ya sabía que era imposible ganar algún lugar en la clasificación, pues me había cruzado con todos los que iban delante mio, y todos iban lejos, me decidí por la segunda opción.  Pero no era fácil, era en bajada, y tenía que correr, por lo menos trotar, pero aún estaba presente el factor altura.  Hice lo mejor que pude, corrí donde podía hasta quedar sin aliento, troté hasta sentir calambres, caminé hasta arrastrar los pies, arrastré los pies hasta sentir que nuevamente podia respirar, y nuevamente corrí, troté y caminé... corrí, troté y caminé.  Inclusive, lo que me parecía imposible, alcancé a un corredor y lo llegué a pasar, pero él se recompuso y se me fué, no por mucho pero se me fué.

Recuerdo cuando hace algunos años, bajaba a entrenar bici en la ruta Naiguata -  Los Caracas, que había algunos dias en que la brisa era tal que en sectores de la ruta donde habitualmente yo podía rodar a 34, 36 Km/h., apenas si lo podía hacer como a 22, 24 Km/h., por más que me rompía la piernas dándole a ese pedal no avanzaba! Que sensación tan desesperante!.  Esa misma sensación es la que sentía en toda la ruta de regreso:  Por más que trataba no avanzaba!  Tenía la sensación de pesar 10 Kilos más.

Finalmente llegué a la meta en un tiempo de 4h. 15'. Por detrás mio solo llegaron 3 competidores:  Las 2 únicas damas mayores de 40 años que completaron la ruta y el que se va haciendo habitual último en estas carreras, mi amigo El Negro, que llegó junto con los voluntarios del último PC.

Me queda la satisfacción de haber completado otra carrera que alcanza altura respetable, y nuevamente haber disfrutado de los incomparables paisajes de Los Andes. 

Apartando lo fastidioso del viaje, una experiencia que merece ser repetida, si señor.

jueves, 29 de abril de 2010

Reencuentro con los Andes. Skyrace Mérida

Contra todo lo que se podía esperar, en esta incursión por Los Andes todo salió bien. Y porqué habia que esperar que no todo saliera bien?.... Exclusivamente por factores que atañen a mi persona.

Me explico:  A raíz de algunas molestias en mi rodilla derecha, allá por el mes de Febrero, el médico me "sugirió" que no corriera, por lo que tuve que dejar de hacerlo. Entonces mi "entrenamiento" se limitó a un par de clases de spinning entre semana y una rodada el fin. Aumenté casi 2 kilos de peso y, obviamente mi condición física desmejoró bastante.  A eso se unió la prohibición de acceso al Avila, con lo cual también quedó eliminada la posibilidad de entrenar subida y luego bajar en teleférico, para no forzar las rodillas.

Por otro lado, iba a ser mi primera carrera de montaña desde Febrero del año pasado (Hebraica 2008), y no precisamente una "carrerita", sino una de verdad verdad.  Y para rematar, el factor altitud que me tenía muy atemorizado por una desagradable experiencia vivida una vez en Bolivia (claro, fue a mayor altitud, casi 5.000 msn) en que pensé que me iba a quedar en el sitio subiendo una montaña.

Aun así, decidí inscribirme.  No podía perderme esta rara oportunidad de un reencuentro con Los Andes,  con la orografía y el paisaje en el que nací y viví por 24 años. Hasta que cambié mis áridas montañas de La Paz, Bolivia, por las húmedas y boscosas de Caracas.  Reencuentro con esos cielos tan azules y esa atmósfera tan límpida, que también puede tornarse oscura y amenazante.


Una vista de mi ciudad de origen:  La Paz

Acompañado por mi amigo El Negro (quién de verdad merece mi admiración por haberse atrevido, sin tener ninguna experiencia en carreras de montaña, a participar en esta, y terminarla!!) nos fuimos a San Rafael de Mucuchíes llegando el dia Sábado de madrugada y sufriendo por el intenso frio.  Ni bien llegamos ya Tanya nos esperaba y nos consiguió posada y nos puso al tanto de todo. (Para quién no lo sepa Tanya Pacheco es la chica motor de todo este evento, la que organiza y está en todo, y de paso es corredora, y de las mejores)


Plaza de San Rafael de Mucuchíes. Donde sería la salida y la llegada de la carrera

El dia de la carrera amanecí ansioso y asustado. Felizmente habia sol y no debería hacer mucho frio, de todas maneras llevé la chaqueta, por si en lo más alto estuviera nublado y peor, lloviera.

En la salida me puse de último y así arranqué. Era en bajada y ví que rápidamente los más veloces se alejaban raudos.  Al llegar al final de la bajada y hacer un giro casi en U para tomar una calle en subida, seguía último.  Delante mio el señor Ramón Blanco, y un poquito más adelante  El Negro. Al empezar la subida ambos dejaron de trotar y como yo aún lo hacía, los pasé. Empezando la verdadera subida a la montaña estaba antepenúltimo y aún trotaba, hasta que me vino un gran susto, pues empecé a sentir asfixia y opresión en el pecho, dejé de trotar y felizmente el susto no pasó de eso. Y así caminando fuí subiendo pasando corredores.


 
Primeras subidas.  Los amigos Uriel Burgos y Alexis Barrera 


los 10 últimos corredores (incluyendo al fotógrafo: Yo)



Bastante más arriba.  El grupo de corredores se estira

Manteniendo el mismo paso y cuidando en todo momento no entrar en un déficit de oxígeno seguí subiendo hasta que por fín llegué al Valle del Saysay, donde los que iban delante mio trotaban, y también los que iban por detrás.  Yo dejé pasar algunos segundos antes de iniciar un tímido trote.  Creo que me pasaron 3 o 4 corredores, pero no me preocupó en absoluto, pues mi objetivo era poder completar el recorrido, disfrutar el paisaje y tomar fotos.




Valle del Saysay y el primer punto de control/ hidratación.  Se veía nublado arriba


Una vez que encontré un ritmo cómodo volví a pasar a algunos y llegué bastante tranquilo al comienzo de las partes más empinadas.



El valle va quedando atrás  para empezar la parte más abrupta

A medida que iba subiendo la falta de entrenamiento empezó a notarse, pues sentía el esfuerzo, en las batatas sobre todo.  Ya comencé a ver el punto más alto del recorrido, llamado El Alto o La Ventana, y al ver lo alto que estaba comencé a preocuparme por el tiempo de corte, pues había bajado notablemente el ritmo, y estaba temiendo que tuviera que pararme a recuperar.  Como ví que la distancia con respecto a los que venían atrás, pero también con los que iban adelante, se mantenía más o menos constante, me tranquilicé pensando que no era sólo yo el que estaba siendo afectado.  Inclusive llegué a pasar un grupo como de 4 corredores, pero también me pasó uno que al verle el número supe que era de mi categoría, y entonces pasó algo que no estaba en los planes: me piqué, es decir, olvidé mi planteamiento inicial  de tomarme las cosas con calma y se apoderó de mí el espíritu competitivo. Comencé a apurar siguiendo el ritmo de él, pero al rato recuperé la cordura y pensando que aún faltaba mucha carrera me conformé con no perderlo de vista, tal vez la subida lo doblegaba, y sino luego venía la bajada.  Si él era bueno bajando, nada tenía yo que buscar, si era más malo que yo, entonces lo podría alcanzar.

Ya en los últimos metros antes de llegar a La Ventana, el esfuerzo comenzó a pasar factura con algún amago de calambre y algún pequeño ahogo, que felizmente no pasaron más allá.


grupo de corredores  en la subida a La Ventana


parada para una foto y aprovechar de descansar

Finalmente alcancé la cumbre en 1h. 45' y una extraña mezcla de alegría por haber llegado ahí en un tiempo que ni lo soñaba, euforia por la increible vista que se abría ante mi, y cansancio me invadió.  Una especie de borrachera, que inclusive se manifestó cuando al querer empezar a bajar trotando mis pies pisaban donde yo no les había ordenado que lo hicieran. Tuve que dejar de trotar y comenzar a bajar muy lenta y cuidadosamente, hasta recuperar la coordinación.  De todas maneras en la primera bajada creo que me pasaron 4 ó 5 corredores.  El de mi categoría se alejó bastante, pero tampoco es que bajaba rápido que se diga.


Personal técnico y de auxilio en La Ventana.  


Después del esfuerzo que significó llegar hasta aquí, esta sola vista lo justifica.

Tras bajar cuidadosamente por fin llegué a la primera laguna, y una zona más o menos plana donde algo se podía trotar.  Luego había que subir lo que sería la morrena de contención de la laguna, para volver a bajar hasta la laguna de Michurao.




Laguna de Michurao. Debiamos bordearla por la izquierda, y luego cruzar por el estrangulamiento que llamé Itsmo de Michurao.

Al llegar a la laguna de Michurao sí se podia trotar y hasta correr si se tenía el suficiente fuelle.  Yo opté por lo primero, no fuera a ser que me quede sin combustible antes de tiempo y además ya llevaba 2h. 20' de carrera.  Con tanto tiempo sin correr no sabía como iba a responder mi cuerpo si lo forzaba. Total en ese momento no ví a nadie por delante ni por atrás, así que a mi propio ritmo hice este tramo, pero me olvidé de la cámara, pues un par de tropezones y otro par de resbalones me advirtieron que había que estar bien concentrado en el terreno, si bien plano, pero un sendero muy estrecho y con muchas piedras.  Por tomar alguna foto fácilmente podía acabar con mis huesos en las frias aguas, y mi cámara no es waterproof, así que por los momentos no más fotos.

Una vez que se cruza al otro lado de la Laguna comienza una suave pendiente que sube hasta el Filo por un angosto sendero.  Cuando no había avanzado mucho por este sendero ví adelante un par de corredores, y a medida que iba subiendo los veía más cerca.  En algún momento reconocí al competidor que me pasó en la subida a la ventana, y nuevamente me puse en plan de competencia.  Tenía que acercarme lo más posible y pasarlo en la bajada que sabía que venía después.


Subida hacia El Filo. Ahí va mi competidor directo por categoría. Junto a él va una muchacha y maaas adelante otro par de corredores.

En efecto, llegando a El filo este corredor y una muchacha estaban a escasos metros y comenzamos a bajar por un sendero demasiado abrupto y lleno de piedras sueltas.  En una de éllas resbalé y me dió un estirón en la pantorrilla izquierda. Tuve que parar, flexionar y estirar y aproveché de hacer un par de fotos.

Valle de Saysay visto desde El Filo. A la derecha el sendero por el quedebiamos bajar.

Otra vista dede El Filo. Hasta aquélla curva donde se ven unos carros debíamos llegar y luego meternos en la quebrada de la izquierda.

Una vez con los músculos y tendones en su sitio empecé a bajar trotandillo y como los que iban delante mio caminaban no tuve problema en pasarlos. Por si acaso apuré un poco para poner tierra de por medio.  Ya casi llegando al empalme xcon la carretera por donde habíamos subido, un fantasma apareció a mi lado: "el Profe" Pedro carrera.  De donde coño habrá salido? yo juraba que era de mi categoría. Más tarde supe que no, pero en el momento que me pasó, ya en la carretera de cemento, me olvidé que debía cuidar mis rodillas, que no estaba encondiciones físicas de tirarme arranques o sprints y empecé a bajar muy rápido.  Rebasé al "profe" y sin mirar atrás continué con mi carrera destructora de rodillas y cuadriceps.  Con respecto a las primeras felizmente no siento ninguna molestia, pero los cuadriceps sí quedaron molidos.  Apenas hoy a 4 dias de la carrera empiezo a sentir alivio del dolor y a caminar normalmente.

Finalmente llegué a la meta en un tiempo que ni en mis mejores escenarios lo había imaginado: 3h. 22'. Mi espectativa era que si lograba pasar el punto de corte, hacer entr 3h 40'  y 4h.   Puesto 62 en la general. Sexto en mi categoría (mayores de 55).  Para ser quinto había que bajar de 2h 58'.  Que vá, demasiado camison pa Petra.


La felicidad en la llegada (foto cortesía de Félix Rojas)

Finalmente pongo una vista satelital de la ruta. He invertido la orientación norte sur a fin de hacerla  más comprensible. Y también el ángulo de visión.  es como si la viéramos desde las alturas de San Rafael.

 

domingo, 7 de marzo de 2010

La Ruta del Pernil

Es casi un axioma: Si llego al Pico Avila, ya sea por el Hotel Humboldt o por los lados de Galipán, termino comiendo sandwiches de pernil.

Esta vez no fue la excepción.  Como quería hacer una ruta en el cerro, pero sin caerme a tabla, animé a 3 amigos a hacer lo que llamaré "La Ruta del Pernil", que no es otra que subir por San Bernardino, Papelón, Quebrada Gamboa, Pica Pinabetes, PGP fila del Avila, Hotel Humboldt (o alternativamente Galipán).

Así pues, a pesar del arrugue de uno de los convocados, lo cual no es nada raro, más bién es un alto promedio de asistencia; mas de una vez me tocó hacer los paseos solo ante la deserción de todos los comprometidos, arrancamos El Catire, El Negro y Yo desde San Bernardino.  Hablando pajita y hechando bromas, además de apreciar una que otra belleza natural vestida con colorida licra, que en esos primeros metros hacian presencia, pasamos por Loma del Viento y seguimos hacia Papelón a un paso muy tranquilito.



El Negro y El Catire muy sonrientes casi llegando a Papelón


Justo debajo de las guayas del Teleférico

Ya cerca de Papelón aprovechamos de hacer algunas foticos no sin antes un par de incidentes con las tristemente célebres matas "jala patrás" que dejaron su recuerdo en la noble pelona del Negro, y las hormigas, que abundan en el sitio donde hicimos las fotos.


Por posar para la foto al Negro le rasguñó la cabeza la "jalapatrás"

Luego de un corto descanso en Papelón, seguimos hacia Gamboa.  En el puentecito de piedra paramos otra vez a hacer fotos (y descansar je je).  Esta vez le pasó algo al Catire: se le cayeron los lentes a la quebradita.  Menos mal que Super Negro los rescató y seguimos.

Aúnque el fotógrafo nunca sale en las fotos esta vez fué la excepción, gracias a haber encontrado un trípode natural para la cámara y haberla podido tomar con timer.


Coooño que vaina se me cayeron los lentes...






Tranquilo mi pana ya te los conseguí


Al encontrar la parte más ancha y plana del sendero no animamos a trotar un poquito hasta el cruce zamurera.


Los panas trotandito. Ique


Yo también trotaba.  El negro se paró

Yo, más cerca. El negro como que no puede más

Al llegar al comienzo de la Pica Pinabetes decidimos parar a comer y repotenciarnos.  Mientras estábamos en eso nos pasó un nutrido grupo de muchachos y 2 o 3 muchachas.  Al rato arrancamos nosotros y yo decidí que en esta última parte sí le iba a dar chola.  Subí lo más rápido que pude y creo que hice el tramo hasta la ruta de concreto en 35 minutos.  Pensé que los panas podían llegar unos 5 a 7 minutos después, pero llegaron 14 minutos después, y el otro grupo de muchachos bastante después.


   
Los muchachos casi saliendo de la pica.  Mamados



Mamados pero sonrisas para la foto je je.


Al llegar al cruce, decidimos mejor ir hacia el Humboldt por el tema de la hora, y era mejor bajar en teleférico pues el carro lo teníamos en el Hotel Avila. Después de las consabidas fotos turísticas, procedimos al ritual de los sandwiches, donde esta vez me tocó a mi ser protagonista de un grave percance:  al echar la mostaza al susodicho sandwich, salió un chorro tan fuerte y desviado que me manché el short, la franela y los zapatos, que vaina!!!


los típicos turistas


otro turista


El Catire dejando constancia de su presencia en el Humboldt

Finalmente, satisfechos por lo hecho bajamos en teleférico y luego nos tocó tal vez la parte más extrema del paseo: Caminar por la Cota Mil con el tráfico abierto, y esa pepa de sol encima.

Finalmente, una imagen del recorrido.  Lap 1 en Loma del Viento, lap2 en Papelón, lap 3 y 4 al final de la pica. Total 10 km., altura ganada 1.650 m., máxima altura alcanzada 2.150 m.

Nota: Para que quede constancia, el Catire y el Negro tienen nombres son Yonel y Reinaldo respectivamente. Buenos amigos ambos.

jueves, 4 de marzo de 2010

Una tragedia ante mis ojos

Así como es un privilegio poder ver todos los dias al frente mio nuestra bella montaña, estos 2 dias son de sufrimiento al contemplar con impotencia cómo desde ayer cerca a medio dia hasta el momento que estoy escribiendo, una buena parte de ella se consume por las llamas, a pesar del esfuerzo que hace un solitario helicóptero rociando agua desde el aire, y no sé si por tierra hacen algo. Supongo que sí lo hacen. Por lo menos lo espero.

Sólo publico estas fotos, para mostrar la magnitud de lo que pasa. (si se hace click en las fotos se las puede ver más grandes)

Miércoles 03-03 como a las 3 de la tarde


Miércoles 03-03. Alrededor de las 4 pm


Miércoles 03-03. 4pm. Puede verse el helicóptero acercándose a la zona en llamas


Justo el momento en que el helicóptero vacía su carga


close up del helicóptero


como a las 8 de la noche. Grandes llamaradas.


Jueves 04-03. Hora 3 pm. La visibilidad es casi nula 

La humareda nubla por completo la visibilidad. son las 4 de la tarde con el sol de frente


Nuevamente llamas como a las 5 pm

Vista del sector donde se produce el incendio. La parte más baja al oeste es la zona de Quebrada Quintero

A las 6pm las llamas parecían cobrar más fuerza

A la hora que publico esto (8:06 pm) aún se observan llamas. Auxlioooo!!!